martes, 25 de septiembre de 2007

No dejen que se muera el amor


El amor de una pareja, el verdadero amor, no es algo mágico que se da, las sonrisas son el fruto del trabajo continuo.
Es comparable a una frágil plantita, cada día debemos regarla, cuidarla, encargarnos de que crezca para que eventualmente podamos disfrutar de sus frutos y su sombra.
Si no la regamos nunca crecerá pero si ya creció y la descuidamos cosecharemos frutos putridos que nos sacarán lagrimas y nos haran sentir de lo peor que la vida ofrece, el desamor.
Saber que hacer no basta, hay que hacerlo, creer que nuestra pareja sabe lo que sentimos no basta, hay que demostrarlo y demostrarlo de una manera en que la pareja lo enienda, flores, cenas romanticas, sexo, detalles... nadie conoce mejor a su pareja que uno mismo.
No cometan ese error y dejen que el amor de su vida se les vaya entre los dedos para tal vez nunca volver, hagan que cada día sea especial, ¡haganlo!

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